Resistencia Mecánica del Poliuretano Espreado
Las diferentes propiedades mecánicas del
poliuretano proyectado cobran protagonismo
dependiendo del tipo de solución
constructiva en la que va incorporada y por
tanto de las solicitaciones mecánicas a las
que va a estar sometida, siendo por
consiguiente de gran importancia la elección
del sistema que satisfaga las prestaciones
previstas.
En aquellas aplicaciones específicas donde la
espuma vaya a estar sometida a carga (ej.:
suelos, cubiertas, terrazas, etc.), la exigencia
de la Norma UNE 92120-1 es que la resistencia
a la compresión de la espuma, determinada
según la Norma UNE-EN 826, no sea inferior a
200 kPa.
Los fabricantes de sistemas tienen que
acreditar mediante certificado de ensayo
con qué densidades de sus diferentes sistemas
cumplen este valor mínimo.
Resistencia a compresión ≥ 200 kPa
para espumas que vayan a estar sometidas a carga
La resistencia a la compresión oscila entre 150
kPa para una espuma de 35 kg/m³, y 325 kPa
para 60 kg/m³.
Por otra parte, la resistencia a tracción,
siempre mayor, oscila entre 180 kPa para una
espuma de 30 kg/m³, y 820 kPa para una de
60 kg/m³.
Comportamiento
mecánico del
poliuretano
proyectado,
recogido en el
Anexo C de la
Norma UNE
92120-2



Degradación por la acción
mecánica
El poliuretano proyectado puede verse
afectado por acción mecánica en forma de
aplastamientos, perforaciones, cortes o
desgarros, generalmente producidos por un
uso inadecuado como puede ser peso
superior y de forma puntual a lo que su
resistencia a la compresión permite, arrastre
de elementos cortantes o punzantes, apoyos
de escaleras, tránsito con calzado
inadecuado, etc.
Para el poliuretano espreado para
Impermeabilización y aislamiento térmico, con densidades
comprendidas entre 30 y 60 kg/m³, la
resistencia a la transmisión de vapor de agua
oscila entre 330 y 825 MNs/gm (factor de
resistencia a la difusión de vapor de agua, µ,
entre 60 y 150).
También puede ser, si esto se produce, que
sea debido a la aplicación de una densidad
no apropiada para las solicitaciones
mecánicas a las que se va ver sometida.
Esta patología es evitable teniendo en cuenta
las propiedades de la espuma, aplicando la
densidad apropiada y, por supuesto, no
sometiéndola a maltrato.
Si se produjera deterioro, la forma de reparar
los daños sería eliminación de zonas dañadas
y nueva proyección.
Si los problemas vinieran dados por haber
aplicado una densidad baja en relación al
esfuerzo solicitado, como solución se puede
proyectar, previa preparación de la espuma
anterior, nueva espuma de mayor densidad,
consecuentemente más resistente y con un
espesor estudiado. Esta nueva espuma
repartirá las cargas.
Conclusión
● La resistencia a la
compresión varía
linealmente con la
densidad, así tenemos una
resistencia a compresión
mayor de 200 kPa, válido
para cubiertas y suelos, en
espumas de más de 40
kg/m³,